El camino a la felicidad no es recto,
existen curvas llamadas equivocaciones,
semáforos llamados amigos,
luces de precaución llamados familia.
Pero sólo se logra si se tiene una buena llanta de repuesto llamada decisión,
un potente motor llamado amor,
un seguro llamado fe,
suficiente combustible llamado paciencia
y sobre todo un conductor llamado Dios.
Psd. El conductor de nustra vida es Dios
te amo mi Dios a ti me debo.
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